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Tuesday, April 2, 2013

-Sin nombre-.


Era un día cualquiera, Pedro y yo habíamos salido a comer como buenos amigos, la verdad siempre lo hacíamos. Éramos muy buenos amigos, nos contábamos todo, nuestros problemas siempre estaban al tanto del otro, hacíamos lo que sea por ayudarnos.

En fin, era miércoles, una fría tarde de miércoles en Buenos Aires, Ambos recorríamos las calles en busca de algún lugar bonito para parar y conversar. Pero notaba a Pedro algo distante, como si algo le pasase.
“Pepe, ¿te encuentras bien?” Iba un poco decaído mirando hacia el suelo mientras caminábamos, no me hablaba, se notaba un poco exhausto en sus movimientos, hasta que por fin volteo hacia mí y respondió “No, estoy bien… Porque preguntas?” Noté que mentía en sus palabras, no sonreía mientras me hablaba, solo seguía caminando mirando hacia adelante. Lo miré nuevamente y sonreí “No lo sé, te vi… decaído, ¿Estás seguro que estas bien?” Pedro finalmente sonrió “¿Te das cuenta de todo verdad? Sí, me pasa algo, tengo algo dentro mío que me corroe por dentro” Me sorprendió aquella respuesta tan segura, Lo tomé del brazo e hice que parará de caminar “y bien, no me dirás” volví a reír, recibiendo una pequeña risa de parte de él “Te lo diré, pero no ahora, comamos algo y luego quizás te diga” Pedro cruzó su brazo a través de mis hombros y siguió avanzando.

Seguimos caminamos uno al lado del otro, ahora Pedro estaba distinto, ahora si reía con las bromas que le hacía durante el viaje, corríamos uno tras otro igual que niños de 5 años de edad, ninguno de los dos jamás crecería, o eso esperamos…
Llegamos a un lugar bastante cómodo y acogedor, Pedro miró hacia el letrero del lugar y susurro “Perfecto…” No sé si él quería realmente que lo escuchara, lo hizo a un volumen bajo pero fui capaz de escucharlo, me preguntó ¿Perfecto para qué? Jamás había estado tan contento con encontrar un lugar agradable para comer, simplemente era una costumbre salir todos los días y cualquier lugar era hermoso, pero ahora era diferente, no sé por qué, pero era diferente.
Pedro se sentó en una mesa muy bonita pero alejada, al lado del gran ventanal que daba hacia la fría calle… “Pau, Paula ¡aquí estoy!” Gritaba cuando se dio cuenta que yo andaba buscando aquellos risos que tanto les gustaba a las chicas, “Tranquilo ya te vi” le dije mientras me sentaba al frente de él, en una silla muy blanda y amplia digna de una siesta… “¿Te ha gustado el lugar? Lo encuentro muy bonito ¿y tú?” Pedro jamás se había interesado si el lugar me gustaba a mí, si a él le gustaba, ahí se comía.

“Pues claro que me gustó, es muy bonito” Pedro dio una sonrisa de satisfacción acompañado por un leve suspiro “Bien, donde están las malditas meseras aquí, tengo hambre” me recosté sobre la silla en la que estaba y reí “Vamos Pepe, puedes esperar un poco, ¿no?” Pedro me miro con un leve desprecio “Cuando Pedro tiene hambre, tiene que ser alimentado… ya vuelvo, alguien va a ver mi lado malo” Pedro se levantó y se alejó bastante enojado, nunca se había puesto así, siempre esperábamos la comida hablando y riéndonos, de hecho las horas pasaban volando cuando comíamos, o bueno, la verdad no comíamos casi nada, dábamos una leve mascada y ya estábamos riendo nuevamente, Algo de verdad estaba diferente.

Pedro volvió, movió su silla y la colocó al costado mío y se sentó apoyando su rostro en mi hombro “esta gente que no atiende, me acaban de decir de que las maquinas estaban sin electricidad y que habrá que esperar unos 20 minutos más” besé a Pedro en su frente, la verdad me daba lo mismo lo que la gente de alrededor pensaba, quizá para ellos eramos una pareja, pero solo éramos amigos, buenos amigos “Porque estas tan alterado mi pepe, debes calmarte un poco” le susurraba mientras acariciaba su delicada espalda, de verdad el parecía un niño pequeño y yo su madre , un madre que buscaba la forma de que su hijo se calmará. Pedro se recostó en mis piernas, con su rostro hacia arriba “tengo sueño” me dijo mientras cerraba sus ojos, lo miré “Pues duerme pequeño ángel” le acaricie su cabello mientras el dormía con una sonrisa, de verdad era hermoso… tenía unos rasgos tan perfectos, su cabello era digno de un dios griego, no pude evitar rodar mi mirada por más debajo de su rostro, viendo su pecho… llevé mi mano allí y comencé a tocar sus pectorales olvidándome de que había gente que posiblemente ya estaba mirando, luego introducí mi mano por dentro de su camisa que era bastante gruesa y acaricié sus abdominales bien marcados, Pedro era suave bastante acariciable… Pero de pronto volví a la normalidad y retiré mi mano rápidamente de ahí deseando que no se hubiese dado cuenta “Dios, Paula que acabas de hacer” me susurré para mí mismo, pero no pude evitar dirigir mi mirada hacia el regazo de Pedro… su pantalón tenía una leve montañita marcada “Pero que caraj..?” Miré hacia todos lados, retiré mi abrigo y lo coloqué sobre Pedro tapando su ya notoria erección “se habrá dado cuenta?” me pregunté algo más nervioso… “Se dará cuenta si…” comencé a introducir mi mano bajo la chaqueta, por lo gruesa de esta, mi mano no se notaba en donde se encontraba… luego al encontrar el pantalón de el de rulos me dirigí a mirar su rostro, completamente dormido… “Por favor sigue así” me repetí para mi mismo refiriéndome a él, hice presión por fuera del pantalón de él sobre su miembro… ¿Esto realmente me… me está gustando? Esto está completamente mal, digo, estoy tocando a mi mejor amigo ¿Debería parar? Pero en eso sentí como una mano me agarraba de mi muñeca y comenzaba a moverla, miré a Pedro y el estaba despierto y esa mano era de él “Pe.. pedro que haces?” me sonroje un poco, bueno la verdad, me sonroje bastante que Pedro dio una leve risa mezclada con un gemido “Que estás haciendo tú Pau, yo solo se facilitó el… ah… el trabajo” Mientras Pedro seguía masturbándose con mi mano yo reía y esperaba que nadie se diera cuenta…

Miró hacia el comedor y vimos que venía la mesera con un hermoso pastel, Pedrose paró y me susurró “te besaria, pero antes…” saludó a la mesera y me mostro la torta que decía…




Paula Chaves, ¿desearía ser mi novia?




Me quede perplejo, ¿cuánto tiempo llevaría planeando esto Pedro?
“Te dije que te diría que escondía y bien… señorita Paula, me haría el honor de ser mi novia” Se acerco a mí y dijo en voz baja “¿y complacerme igual que esta tarde?”… Solo lo miré y sonreí diciéndole “Eres un verdadero idiota Pedro, pero te amo”



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Bueno gracias por leer, esto es una adaptación osea que el One shot no es mio sino de la pagina "Novelas de Larry Stylinson y Los Bromances 1D" gracias por dejarme hacer la adapatación, todos los creditos a ustedes chicas.

gracias por tomarte el tiempo de leer.